Ahora que tengo unos cuantos años más me pregunto si las cosas que veíamos de pequeños eran realmente para niños. Y es que había series como V que tenían tela. Unos alienígenas reptiles que venían a la Tierra (a America, claro) y forzaban a unos ciudadanos a formar una resistencia para luchar contra ellos. Hemos visto un montón de pelis donde los alienígenas eran buenos (E.T. por ejemplo) o muy malos (Mars Attacks), pero en este caso, aparte de malísimos, tenían unos gustos culinarios que serían la pesadilla de Ferrán Adriá…. bueno y de todos los pequeños que lo veíamos.
Y es que se comían ratas, ratones y otros marditos roedores como el que se toma una ración de calamares con una cervecita. Algo asqueroso y, diría, escandaloso en aquellos 80 un tanto ingenuos. A nadie dejó indiferente la escena esa de Diana (la mala malísima) abriendo la boca a más no poder para tragar una rata enorme y viva.
No había quién no comentara las escenas más asquerosillas de la serie, que fue un bombazo y enseguida salieron gominolas con forma de rata para hacer la gracia con los amigos. En mi clase era muy recurrente lo de echarse cola en la mano, esperar que se secase y arrancártela como si fueses un reptil de esos. ¡De lo más divertido! Y luego vino la visionaria Tele Indiscreta con sus pegatinas y su pistola de cartón para montar, inspirada en la serie. Es muy gracioso verla ahora y descubrir los trucos y los efectos especiales, veintipico años después. Eso sí, cuando la daban en la tele, ¡era lo más!!!!